martes, 9 de enero de 2007

Un grato paseo...

Hoy he dado un grato paseo, he caminado por las lindes del alma, me he asomado a sus precipicios, he rodado alegremente por sus laderas, me he sumergido en sus aguas, he escalado sus montañas... En un pequeño rinconcito que he encontrado, allí me he acurrucado, he cerrado los ojos y he volado... he volado en busca de sus sueños, a través de sus miedos, he seguido las huellas de sus recuerdos, he bebido de su llanto y he perfilado su sonrisa...
Sí, ha sido un grato paseo, y durante el camino de vuelta, he podido escuchar un eco de palabras, que me llamaban y susurraban: ¿volverás algún día? ...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son tantos los paseos que se dan a lo largo de la vida, tantos y tan distintos. Unos son cortos, otros largos, otros eternos; unos son de piedra, otros de arena, otros de asfalto, otros de flores, otros de espinas; unos cálidos, otros fríos, otros nevados, otros atemporales; unos dulces, otros amargos, otros salados, otros agrios…Y todos y cada uno de ellos aparecen ante ti en el momento adecuado, justo antes de caer al precipicio, al final de cada anterior camino reaparece otro, lo reinventamos, la vida nos lo ofrece para que tengamos una nueva experiencia, aunque no siempre es grato, pero todos tienen al final un sobre con lo aprendido, tú eliges conservarlo y aprender o rechazarlo y quedarte con lo visto. Mi paseo ahora contiene fragmentos de muchos paseos antes recorridos, es un paseo reflexivo, y al final sin duda elegiré conservar el sobre y aprender, cosa que ya estoy haciendo. ¿Cuál será mi próximo paseo?

Anónimo dijo...

Pasear es bueno,
contemplar el paisaje también.
Sentarse de vez en cuando, mientras se pasea también es bueno.
Es la única manera de ver qué te gusta o no del paisaje que estás viendo; siempre acabas descubriendo ciertos detalles, que al andar pasas por alto.
De vez en cuando hay que sacar el alma a pasear.