YO sé cuál el objeto
de tu suspiro es;
yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez.
¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
tú acaso lo sospechas,
y yo lo sé.
Yo sé lo que tú sueñas
y lo que en sueños ves.
Como en un libro puedo lo que callas
en tu frente leer.
¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
tú acaso lo sospechas,
y yo lo sé.
Yo sé por qué sonríes
y lloras a la vez;
yo penetro en los senos misteriosos
de tu alma de mujer.
¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
mientras tú sientes mucho y nada sabes,
yo, que no siento ya, todo lo sé.
De Rimas, de Bécquer.
Dicen que la experiencia es un grado... yo me pregunto, a veces, ¿un grado? ¿un grado de qué... ? ¿de "cordura", o de "locura", quizá?... Hay que tener cuidado, mucho cuidado con lo aprendido, porque si bien es bueno aprender, también hay que saber manejar lo aprendido... Si no lo haces, puede llevarte a los prejuicios, a las etiquetas, a el "esto ya me lo sé"... y la verdad, para mí, es que NUNCA se sabe, todo es tan relativo... Y, de vez en cuando, no está mal volver a la inocencia...
Me ha encantado encontrarme hoy con este poema...