martes, 30 de enero de 2007

¿Todo lo sé?...

YO sé cuál el objeto
de tu suspiro es;
yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez.

¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
tú acaso lo sospechas,
y yo lo sé.

Yo sé lo que tú sueñas
y lo que en sueños ves.
Como en un libro puedo lo que callas
en tu frente leer.
¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
tú acaso lo sospechas,
y yo lo sé.
Yo sé por qué sonríes
y lloras a la vez;
yo penetro en los senos misteriosos
de tu alma de mujer.
¿Te ríes?... Algún día
sabrás, niña, por qué;
mientras tú sientes mucho y nada sabes,
yo, que no siento ya, todo lo sé.

De Rimas, de Bécquer.


Dicen que la experiencia es un grado... yo me pregunto, a veces, ¿un grado? ¿un grado de qué... ? ¿de "cordura", o de "locura", quizá?... Hay que tener cuidado, mucho cuidado con lo aprendido, porque si bien es bueno aprender, también hay que saber manejar lo aprendido... Si no lo haces, puede llevarte a los prejuicios, a las etiquetas, a el "esto ya me lo sé"... y la verdad, para mí, es que NUNCA se sabe, todo es tan relativo... Y, de vez en cuando, no está mal volver a la inocencia...


Me ha encantado encontrarme hoy con este poema...






lunes, 29 de enero de 2007

Día marrón...


Pienso al despertar,
Que es un día ingrato
Y voy a llorar, casi todo el rato.
El aire se perfuma de aprensión.
Voy a tener un día marrón.
Día de bruma en mi corazón.
Se presenta mal, hoy, el panorama.
Me voy a arropar dentro de mi cama.
Me clava la amargura su aguijón.
Voy a tener un día marrón.
Día de bruma en mi corazón.
Un día tonto, de pronto, sin una razón.
No es gris ni negro, es sólo marrón.
El día en que se te pega al cuerpo el camisón.
No es gris ni negro, es sólo marrón.
Pienso al despertar, que es un día ingrato.
Y voy a llorar casi todo el rato.
Crece como espuma mi obsesión.
Voy a tener un día marrón.
Día de bruma en mi corazón...



(Estas palabras las he tomado prestadas de Luz Casal, pero hoy han sido un poco mías también, pues mis labios no han dejado de tararearlas durante todo el día...)

Menos mal que no siempre es cierta la frase que dice "mal acaba lo que mal empieza"... y siempre hay alguien o algo que consigue que, mientras llueve, salga el sol... claro que, es necesario tener en tu interior una pizca de polvo de arcoiris...


Los estados de ánimos no entienden de días de la semana, ni de horas, pero sí se asemejan a las estaciones del año... Y es imprescindible caminar a través de la tormenta, ver la caída de las hojas, observar cómo se las lleva el viento...
Es un ciclo sin fin...





sábado, 27 de enero de 2007

juegos con palabras...

En los párrafos siguientes hay 22 palabras escondidas, todas son nombres propios de varón. Búscalas.
Surcar los mares sin equipaje, susurrar amores imposibles... aquel día que me hablaste de tu poesía lució como nunca el ángel de tu rostro. Nada, ni nadie prodía hacerte renunciar a la alegría que te impregna, que da vida a las frágiles palabras que surgen sin cesar de tu alma melancólica. Si no expresaras la armonía que invade todo tu ser, te consumirías en el lodo negro de la tristeza. Cuanto más lejos envíes tus sentimientos más enriquecedor será el perfecto regalo de las musas. Te imagino recostada en tu diván, recreando versos, soñando despierta con nuevas metáforas que luego esconderás en el rincón más íntimo de tu armario. Con tus poemas y tus modestos ripios... ¡qué feliz eres Isabel!

Calculograma:
Numbers Love Story

035173 le dice a 3773:

-Dame un 0538.
-No seas 0808-le responde 3773- ni 0737. Si te doy un 0538 me meterás un 709.
-Yo meterte 53709, no soy ningún 053580, ni ningún 05017, 0705 quiero un poco de 03805, no pretendo hacerte ningún 3838.
-Tengo en mi 05708 01734 mucho mejor que el 07314, 50 05315, no hay 0805, ni 0538. Me importa un 0914 tu 0708; te lo metes en el 73518 de tu 07715708 y me dejas en 0931505, 50 0505

035173 3838 para olvidar, lanza un 505 al que nadie responde. Se queda 0705 como el 0807, si hubiera tenido un poco de 0535, quizás hubiese conseguido 053.
Moraleja: Es difícil no conseguir lo que se quiere y salir 05371.

Charada:
Estoy en todo lo humano,
ni al pobre ni al rey respeto;
y soy malo para unos,
mientras para otros soy bueno.
Como sencilla palabra
sólo dos sílabas tengo;
y mis dos significados
son completamente opuestos.


Trabucación:

La Serenata

Ahora que los ladros perran,
ahora que los cantos gallan,
ahora que, albando la toca,
las altas suenas campanan,
y que los rebuznos burran,
y que los gorjeos pájaran,
y que los silbos serenan,
y que los gruños marranan,
y que la aurorada rosa,
los extensos doros campa,
Tengo los tiesos tan dedos,
que hasta los tiemblos me piernan...


Y otra:

Asómate a esa vergüenza,
cara de poca ventana,
y dame un poco de sed,
que me estoy muriendo de agua.

viernes, 26 de enero de 2007

Descubriendo un instinto...

Duerme, mi niño
duerme en mi regazo,
nada puede ocurrirte
si yo te abrazo.

Duerme, mi sol
duerme, mi luna
nada puede ocurrirte
si mi alma te acuna.

...

A menudo reflexiono sobre cómo algo pueder ser tan pequeñito y tan grande a la vez. Cómo puede inspirar tanta ternura, tantas emociones, tantas ganas de llorar y de reir. Cómo puede provocar tantos nudos en la garganta...

Si existieras, te gustaría que te cantara dulces canciones de cuna, te encantaría que te susurrara al oído las palabras más tiernas, me mirarías con tus ojitos pequeños y yo entendería lo que me quieres expresar, sin palabras, porque no sabrías hablar... porque me encanta esa complicidad... y una intensa emoción me visitaría cada vez que me miraras, cada vez que apretaras mi dedo en tu manita... El sonido de tu respiración y el latir de tu corazón serían, para mis oídos, la más bella melodía...
Tu risa bastaría para acallar mi llanto, tu llanto me haría más fuerte para vivir por y para tu sonrisa... Aprendería de ti, contigo y, agarrada de tu mano, recorrería los caminos de la inocencia, te ayudaría a construir tu mundo de fantasía, te colmaría con besos y abrazos en tus caídas, te arroparía en tus pesadillas... aunque nunca te sobreprotegería...
Te daría, te daría y te daría...
Te espero con la paciencia y la tranquilidad del que sabe que algún día llegarás... aunque no sin enormes deseos de conocerte...

jueves, 25 de enero de 2007

el mejor despertar...

Si pudiera elegir, elegiría morir, morir muchas veces durante el día, desfallecer en pequeñas muertes cada noche... dejarme abrazar por las llamas del infierno, bañarme en lava, cabalgar hasta el alba, llegar a la cumbre de la montaña más alta, y desde allí ver amanecer, contemplar un nuevo día, sonriente, renovada, renacida...


No imagino mejor despertar que el de un cuerpo desnudo, saciado, revestido únicamente de huellas, huellas de dedos, de labios, de dientes, de lengua... huellas de lluvia...


No imagino mejor despertar, poner el primer pie en el suelo, envuelta ya en sonrisas...

miércoles, 24 de enero de 2007

Hermosa parábola...



¿Es el amor en definitiva sólo una enfermedad, y no la más bella sino la más espantosa que hay? ¿O es un veneno, y la dosis decide si resulta una bendición o un desastre?


El alma del hombre, dice Sócrates, no es homogénea sino tripartita, y la compara con un tiro de caballos, que podemos imaginarnos como un antiguo carro de combate, compuesto de dos corceles y un auriga. Ahora bien, mantener un vehículo así en la pista es de por sí una acrobacia. Sin embargo, se convierte en arriesgadísima aventura cuando, como ocurre con el tiro del alma, sólo uno de los caballos es de noble carácter, inteligente y dócil, y el otro malo, salvaje y rebelde. Cuando además entra en juego el Eros, el alma partida en tres comienza a amar y ve al amado, el irregular tiro pierde el control por completo. El mal corcel se lanza como un berserker y tiene que ser azotado y refrenado con violencia, con frecuencia y mucho tiempo, hasta que le duelen los flancos y le sangra la boca y, finalmente, se somete humillado a la voluntad del auriga y, lo mismo que el corcel bueno, se acerca tímido y vacilante al amado. En éste, cuando ha sido seducido y ganado, surge entonces un amor recíproco, se deja tocar, besar y finalmente acostar en el lecho. Y sólo entonces, dice Sócrates, escribe Platón, "tiene en el lecho común el caballo desenfrenado del amante muchas cosas que decir al auriga y reclama un pequeño placer por sus muchos esfuerzos".


Por cierto, según Platón el alma es inmortal. Toda alma. Incluso aquella en la que el auriga es débil y el caballo de la maldad marca la pauta. Sin embargo, a ésa no le concede el Eros ningún vuelo, lo mismo que tampoco a las almas que creen que pueden renunciar al amor. Tras la muerte, todas ellas van a una mazmorra subterránea para hacer penitencia durante mil años. Sin embargo, a las almas -que en nuestra opinión no pueden ser muchas- cuyos aurigas son suficientemente fuertes y sensatos, no dejan que el corcel malo tire de las riendas y, sim embargo, no se apartan del amor, sino que lo buscan y lo miran a los ojos, Eros hace que les nazcan alas después de la muerte, y remontan el vuelo y vuelan hacia la luz y se acercan a las esfera donde viven los dioses...


Estas palabras convertidas en hermosa parábola han llegado hasta mí a través de un libro de Patrick Süskind (ummm...este nombre huele a "perfume"...) ... ... ... en fin... volviendo al tema, el título del libro es "Sobre el amor y la muerte"... de sólo oir el título ya me entran escalofríos... me encanta...

martes, 23 de enero de 2007

El reloj parado a las siete


En una de las paredes de mi cuarto hay colgado un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas, detenidas casi desde siempre, señalan impertubables la misma hora: las siete en punto.

Casi siempre, el reloj es sólo un inútil adorno sobre una blanquecina y vacía pared. Sin embargo, hay dos momentos durante el día, dos fugaces instantes, en que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix.

Cuando todos los relojes de la ciudad, en sus enloquecidos andares, marcan las siete, y los cucús y los gongs de las máquinas hacen sonar siete veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida. Dos veces al día, por la mañana y por la noche, el reloj se siente en completa armonía con el resto del universo.

Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección... Pero, pasado ese instante, cuando los demás relojes acallan su canto y las manecillas continúan su monótono camino, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora que alguna vez detuvo su andar.

Y yo amo ese reloj. Y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez siento que me parezco más a él.

También yo estoy detenido en un tiempo. También yo me siento clavado e inmóvil. También yo soy, de alguna manera, un adorno inútil en una pared vacía.

Pero disfruto también de fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora.

Durante ese tiempo siento que estoy vivo. Todo está claro y el mundo se vuelve maravilloso. Puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todo el resto del tiempo. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable.

La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mí se me escapa el tiempo de los demás.

... Pasados esos momentos, los demás relojes, que anidan en otros hombres, continúan su giro, y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar, que acostumbro a llamar vida.

Pero sé que la vida es otra cosa.

Yo sé que la vida, la de verdad, es la suma de aquellos momentos que, aunque fugaces, nos permiten percibir la sintonía con el universo.

Casi todo el mundo, pobre, cree que vive.

Sólo hay momentos de plenitud, y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir para siempre, quedarán condenados al mundo del gris y repetitivo andar de la cotidianeidad.

Por eso te amo, viejo reloj. Porque somos la misma cosa tú y yo.


Este cuento de Papini lo traje hoy para mostrarte una metáfora genial: que quizá todos vivamos sólo en la armonía de algunos momentos. Quizá, ahora, en este presente, la hora de la verdadera vida coincide con tu propia hora. Si así fuera, disfrútala. Quizá pase... demasiado pronto.

domingo, 21 de enero de 2007

A solas...

A solas conmigo y, curiosamente, no me siento sola... Más sola me siento, en ocasiones, rodeada de personas, ciertas personas, en ciertos momentos... Fuera hace frío, necesito abrigo; y se está tan calentita aquí dentro, aquí puedo pasear desnuda, y bailar... bailar en esa oscuridad que tanto me gusta. Oscuridad que tanto me alumbra...

Te contaré un secreto: de pequeña, me pasaba el día esperando la noche (bueno, también hacía las cosas típicas de los niños, que no era autista...), porque era ese el momento que más disfrutaba, el momento de meterme en la cama, taparme hasta arriba y, bañada en oscuridad, dar rienda suelta a la imaginación... no importaban las caídas, los enfados con los amiguitos, los exámenes del "cole", porque cuando llegara la noche todo sería como yo deseaba exactamente, yo tenía las riendas... ponía color donde sólo había sombras, y sombras donde existía demasiado color... el niño que me gustaba me guiñaba el ojo y me sonreía, jeje... soñaba con todas las cosas que podría hacer en el futuro... me encantaba soñar... soñar despierta... así me llevaba horas y horas... siempre era la protagonista de todos mis libros, y la solista de todas mis canciones...

Pasaron los años, y con ellos, se fueron alejando esas charlas con mi almohada; las noches, sin apenas darme cuenta, pasaron a ser simples reflexiones de lo vivido durante el día... la realidad había superado a la ficción... y, poco a poco, cerré las puertas a mi imaginación... de un solo golpe...

Pero, de pronto, un día, desperté de mi "realidad"... y me puse a buscar la llave de esa puerta como una loca, qué respiro, aún me acordaba del lugar exacto donde la escondí, aún no estaba todo perdido!...

Fuera hace tanto frío...

sábado, 20 de enero de 2007

Intensa emoción...

- hola...
- hola, vieja amiga, de nuevo llegaste, te esperaba...
- lo sé
- te sentía cerca, estaba segura de que pronto me visitarías...
- sí, y hoy te abracé en forma de película
- sí... y, envuelta en tu abrazo, he sentido vibrar no sólo mi cuerpo, sino también mi alma...
- ya sabes, unas veces soy película; otras, libro; y muchas veces aparezco ante ti en forma de canción...
- pero siempre te reconozco, aunque, en ocasiones, me aportas cosas nuevas... y ojalá nunca te marcharas...
- pero no siempre me resulta fácil acceder a ti
- lo sé, sin embargo, es en tu abrazo donde mejor me encuentro... pues es el lugar donde más viva me siento...
- prométeme tú, entonces, que siempre estarás ahí
- mas no puedo... sólo puedo prometerte que te esperaré... y si nos encontramos, será hermoso de nuevo; si no, no puede remediarse...
- ya me marcho...
- de acuerdo, yo me quedaré un rato más aquí, donde me encontraste, disfrutando de la sensación que me dejaste...

miércoles, 17 de enero de 2007

Las Causas


Los ponientes y las generaciones.

Los días y ninguno fue el primero.

La frescura del agua en la garganta de Adán.

El ordenado Paraíso.

El ojo descifrando la tiniebla.

El amor de los lobos en el alba.

La palabra. El hexámetro. El espejo.

La Torre de Babel y la soberbia.

La luna que miraban los caldeos.

Las arenas innúmeras del Ganges.

Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.

Las manzanas de oro de las islas.

Los pasos del errante laberinto.

El infinito lienzo de Penélope.

El tiempo circular de los estoicos.

La moneda en la boca del que ha muerto.

El peso de la espada en la balanza.

Cada gota de agua en la clepsidra.

Las águilas, los fastos, las legiones.

César en la mañana de Farsalia.

La sombra de las cruces en la tierra.

El ajedrez y el álgebra del persa.

Los rastros de las largas migraciones.

La conquista de reinos por la espada.

La brújula incesante. El mar abierto.

El eco del reloj en la memoria.

El rey ajusticiado por el hacha.

El polvo incalculable que fue ejércitos.

La voz del ruiseñor en Dinamarca.

La escrupulosa línea del calígrafo.

El rostro del suicida en el espejo.

El naipe del tahúr. El oro ávido.

Las formas de la nube en el desierto.

Cada arabesco del calidoscopio.

Cada remordimiento y cada lágrima.

Se precisaron todas esas cosas

para que nuestras manos se encontraran.

Jorge Luis Borges

martes, 16 de enero de 2007

Sólo para ti...


A ti, que me has leído hoy, sí a ti, no pongas esa carita... lo sé, me lo has dicho... gracias por tus palabras, ya sabes cuánto las valoro... hoy, no sé por qué, he comprendido que tus palabras nunca se las ha llevado ningún viento... eran mis labios quienes soplaban para hacerlas volar... pero eso ya lo sabes, porque siempre has sido capaz de leer entre mis líneas. Yo, tu libro abierto, ¿verdad?



Fuiste, Eres y, aunque intento no pensar en "mañana", sé con certeza que Serás...

lunes, 15 de enero de 2007

¿Me comprendes?

Hace ya algún tiempo, descubrí el verdadero significado de la palabra "comprensión". ¡Qué palabra ésta! Y qué bien suena, ¿verdad?... Sí... Otra cosa es sentirla, claro... Porque, mientras todo va bien, es fácil ser comprensivo. Mientras nosotros no sintamos dolor, comprendemos todo lo que pasa a nuestro alrededor... Y echándonos un vistazo rápido, sin profundizar demasiado, todos somos más o menos comprensivos... O confundimos ese sentimiento con el intento de respetar a los demás... Sin embargo, cuando realmente te das cuenta de lo que esa palabra significa es cuando te sale de forma natural, del alma; cuando por mucho que estés sufriendo, de pronto, "comprendes" y eso te produce un alivio indescriptible. De pronto, sientes cómo ese dolor punzante se hace más llevadero. Y empiezas a sentirlo de otra forma, no sin cierta tristeza, por supuesto. Pero... empiezas a observarlo, a acariciarlo, a conocerlo, a susurrarle, a relacionarte con él... Porque es necesario comprender que cada cual es un mundo, cada uno de nosotros vivimos la vida como mejor sabemos, porque todos nos equivocamos e intentamos aprender de nuestros errores. ¡Cómo puedo yo exigir a los demás que nunca se equivoquen, que siempre piensen como yo, que siempre actúen como yo lo haría, que sientan como yo...! Si, yo misma, soy una persona sencilla, con tantos defectos...Todos somos un mar lleno de barcos hundidos... Yo me pregunto, cuando me equivoco: ¿lo hiciste con maldad? ¿buscabas el dolor? No... por supuesto que no... Lo hice simplemente porque, en ese instante, pensé que era lo mejor... Entonces, esto mismo lo aplico a los demás y todo cambia. Para comprender a los demás, hay que empezar a comprenderse uno mismo. Conocer el motivo que se esconde tras nuestros actos, indagar qué de nosotros mismos hizo que actuáramos de una u otra forma. ¿Por qué, normalmente, a nosotros nos justificamos y a los demás juzgamos? ¿Por qué sólo vemos la paja en el ojo ajeno, si nosotros estamos nadando en ella? Será porque, en el fondo, nos molesta reconocer eso precisamente...
Cuando llegas a ese estado de comprensión te das cuenta de que así la vida se vuelve más sencilla. Pensándolo friamente, hasta es lo más práctico... Pero esa no es la cuestión...
En fin, comprendo que quizá, todo esto, pueda sonar a loco desvarío...

domingo, 14 de enero de 2007

Un pensamiento momentáneo...


Nada pienso muy bien: las lontananzas

tienen falso color, pero fulgente,

hermosas siempre son las esperanzas

y todo aquello que el deseo miente.


La ilusión es el prisma de la vida

que del iris ostenta los colores,

mientras en la existencia la fe anida

y refleja el cristal sus resplandores.


De oro y azul, en velo misterioso,

está envuelto el Abril de la existencia

y el corazón espera candoroso

el Abril que le forja su existencia.


Y esa magia que todo lo colora,

esa magia que todo lo embellece,

al ir a asirlo todo se evapora,

al ir a disfrutarlo desaparece.


Mariposa dorada es la ventura

y el hombre es niño que la corre ciego,

tras ella siempre con febril locura

en busca de la paz pierde el sosiego.


Logra cogerla, y al asir sus alas

de vívidos colores, ve en su mano

que son las que él creyó constantes galas

de oro, grana y azul, polvo liviano.


El que vive en un mundo imaginario,

el material encuentra pobre y frío,

disgustado de él, el poeta es vario;

que la inconstancia es hija del hastío.


¿Por qué dulces mentiras nos agitan

y efímeros placeres enamoran?

¿Por qué al tocar las flores se marchitan

y al destapar esencias se evaporan?


¿Y por qué la belleza que adoramos

y cuyo imán nos arrastró a quererla,

después indiferentes contemplamos

cuando la vista se acostumbra a verla?


¿Por qué la luz de ayer sombra es mañana

y el camino antes breve después largo

y encuentra siempre la inconstancia humana

lo que fue dulce al poco tiempo amargo?


Dolores Coronado

sábado, 13 de enero de 2007

Ausencia de palabras...

Hoja en blanco, mi pluma hoy no escribe, la tinta se derrama sobre el papel, negro sobre el blanco, pero no gris, no hay mezcla... y mis labios, mi garganta, acordes con mis dedos, sufren oportuna afonía...
Ausencia de palabras, que no silencio...
Labios cerrados, que no sellados...
Manos también cerradas, que no vacías...
Hoja en blanco, que espera, pacientemente, ser recitada...

miércoles, 10 de enero de 2007

La realidad de la Muerte

" Con la muerte sigo manteniendo la misma relación de antaño, no la odio ni la temo. Si tratara de averiguar con quién y con qué me apetecería más relacionarme, aparte de mi mujer y mis hijos, resultaría que era con muertos, con muertos de siglos: músicos, poetas, pintores. Su alma, recreada en sus obras, sigue viviendo y es para mí más presente y real que la mayoría de mis contemporáneos. Y otro tanto me ocurre con los muertos que he conocido en vida, que he amado y "perdido": mis padres y hermanos, mis amigos de juventud; ellos forman parte de mi persona y mi vida, hoy igual que cuando vivían; los recuerdo, sueño con ellos y cuento con ellos en mi vida diaria.
La relación con la muerte no es, pues, una quimera ni una bella fantasía, sino que es real y forma parte de mi vida. Experimento, por supuesto, la tristeza de la caducidad, la puedo sentir en cada flor que se marchita. Pero es una tristeza sin desesperación..."

Herman Hesse

martes, 9 de enero de 2007

Un grato paseo...

Hoy he dado un grato paseo, he caminado por las lindes del alma, me he asomado a sus precipicios, he rodado alegremente por sus laderas, me he sumergido en sus aguas, he escalado sus montañas... En un pequeño rinconcito que he encontrado, allí me he acurrucado, he cerrado los ojos y he volado... he volado en busca de sus sueños, a través de sus miedos, he seguido las huellas de sus recuerdos, he bebido de su llanto y he perfilado su sonrisa...
Sí, ha sido un grato paseo, y durante el camino de vuelta, he podido escuchar un eco de palabras, que me llamaban y susurraban: ¿volverás algún día? ...

lunes, 8 de enero de 2007

Tiempo sin tiempo


Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
qué hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta
tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo
tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj
vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.
Mario Benedetti

domingo, 7 de enero de 2007

La Tienda de la Verdad

El hombre paseaba por aquellas pequeñas callejuelas de la ciudad de provincias. Como tenía tiempo, se detenía unos instantes ante cada escaparate, delante de cada tienda, en cada plaza. Al girar una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco. Intrigado, se acercó y arrimó la cara al cristal para poder mirar dentro del oscuro escaparate... Pero en el interior sólo vio un atril que sostenía un cartel escrito a mano. El anuncio era curioso:
Tienda de la verdad
El hombre, sorprendido, pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entonces entró y, acercándose a la señorita que estaba en el primer mostrador, preguntó:
-Perdón, ¿es ésta la tienda de la verdad?
-Sí, señor. ¿Qué tipo de verdad está buscando? ¿Verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa...?
Pues sí, allí vendían verdad. Él nunca se había imaginado que esto fuera posible: llegar a un lugar y llevarse la verdad. Era maravilloso.
-Verdad completa -contestó sin dudarlo.
"Estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones -pensó-. No quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni fraudes."
-¡Verdad plena! -ratificó.
-Perdón, ¿el señor ya sabe el precio?
-No, ¿cuál es? -contestó rutinariamente, aunque en realidad él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.
-Mire: si usted se la lleva -dijo la vendedora-, posiblemente durante un largo periodo de tiempo no pueda dormir del todo tranquilo.
Un frío recorrió la espalda del hombre, que pensó durate unos minutos. Nunca se había imaginado que el precio fuera tan alto.
-Gracias y disculpe... -balbuceó finalmente, antes de salir de la tienda mirando al suelo.
Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que todavía necesitaba algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo.
"Quizá más adelante...", pensó, intentando mitigar la vergüenza que le daba su propia cobardía...
Anthony de Mello
La verdad absoluta siempre es difícil de digerir, requiere tiempo asimilarla y aceptarla, pero una vez la encuentras en tu interior sabes que es lo único que te hará libre. La verdad está en uno mismo, se la conoce, aunque, a veces, la ocultamos por miedo a sufrir, y no nos damos cuenta de que más tarde o más temprano acaba encontrando el camino hacia la luz. Es empresa vana querer evitar lo inevitable. Y qué poco nos gusta que sean los demás quienes nos la muestren. Porque al escucharla, pasamos del mundo de los sentidos, mundo de las sombras, al mundo de las ideas. El camino al conocimiento seguro sólo depende de uno mismo...

sábado, 6 de enero de 2007

Noche mágica

En este momento, justo en este instante, pienso en las miles de personitas que duermen esperando con ilusión y cierto nerviosismo la llegada de los Reyes Magos. Puedo imaginármelos perfectamente, porque yo también he sido niña y aún conservo en un rinconcito de mi memoria esas sensaciones; y también porque, de alguna manera, esa niña aún vive en mí. Aún sigo despertándome temprano, para salir corriendo en busca de la "sorpresa"... Y mañana será distinto, porque ahora estoy también al otro lado. Sé que ahora me toca a mí ver disfrutar y sentir la ilusión de alguien muy especial para mí; que aunque aún pequeñita, seguro que de alguna forma, estos momentos se le quedarán grabados para siempre, incoscientemente. Porque sin ella saberlo, le estaré devolviendo la ternura, el amor, la alegría que me ha regalado durante cada día de su corta existencia.

Ojalá que siempre conservéis en vuestras almas al niño que una vez fuísteis. Ojalá que escuchéis sus palabras... pues estad seguros de que os habla.

viernes, 5 de enero de 2007

Palabras como espinas

"Yo soy un extractor de espinas y todo mi trabajo se parece a la siguiente descripción:
Tienes una espina en tu pie, yo traigo una aguja (que indudablemente se parece a otra espina) para sacar la espina que hiere tu pie. Eso es todo.
Pero ambos debemos permanecer alerta. La primera y la segunda espina son parecidas, no existe diferencia cualitativa. Cuando la primera espina esté fuera, ayudada por la segunda, hay que tirar las dos.
Cuando algo que digo o hago saca una de tus dudas, no debes poner mis respuestas en el lugar que han dejado vacío tus preguntas.
Cuando te olvides de lo que ha sido respondido, olvídate también de la respuesta. De lo contrario, te creará problemas."
No te enamores de las palabras, ni dependas de las ideas; son sólo herramientas, espinas que pueden usarse para extraer otras espinas, antes de deshacerse de ambas...