domingo, 21 de enero de 2007

A solas...

A solas conmigo y, curiosamente, no me siento sola... Más sola me siento, en ocasiones, rodeada de personas, ciertas personas, en ciertos momentos... Fuera hace frío, necesito abrigo; y se está tan calentita aquí dentro, aquí puedo pasear desnuda, y bailar... bailar en esa oscuridad que tanto me gusta. Oscuridad que tanto me alumbra...

Te contaré un secreto: de pequeña, me pasaba el día esperando la noche (bueno, también hacía las cosas típicas de los niños, que no era autista...), porque era ese el momento que más disfrutaba, el momento de meterme en la cama, taparme hasta arriba y, bañada en oscuridad, dar rienda suelta a la imaginación... no importaban las caídas, los enfados con los amiguitos, los exámenes del "cole", porque cuando llegara la noche todo sería como yo deseaba exactamente, yo tenía las riendas... ponía color donde sólo había sombras, y sombras donde existía demasiado color... el niño que me gustaba me guiñaba el ojo y me sonreía, jeje... soñaba con todas las cosas que podría hacer en el futuro... me encantaba soñar... soñar despierta... así me llevaba horas y horas... siempre era la protagonista de todos mis libros, y la solista de todas mis canciones...

Pasaron los años, y con ellos, se fueron alejando esas charlas con mi almohada; las noches, sin apenas darme cuenta, pasaron a ser simples reflexiones de lo vivido durante el día... la realidad había superado a la ficción... y, poco a poco, cerré las puertas a mi imaginación... de un solo golpe...

Pero, de pronto, un día, desperté de mi "realidad"... y me puse a buscar la llave de esa puerta como una loca, qué respiro, aún me acordaba del lugar exacto donde la escondí, aún no estaba todo perdido!...

Fuera hace tanto frío...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es precioso. Quien pudiera bailar contigo... T