jueves, 12 de abril de 2007

De tu mano...


Hoy me desperté repentinamente, sin saber por qué. Mucho antes de que mi despertador sonara para ir a trabajar, y ya no pude volver a conciliar el "sueño"... ¿Qué putada, no?... Pues, la verdad es que no. Todo lo contrario porque... me desperté agarrada de tu mano. Sentí el abrazo de una alegría repentina, inexplicable... Bueno, todo tiene su razón de ser... Sé que será por algo, claro. Por supuesto, sea lo que sea, le doy mi más sincera bienvenida... ¿Qué nueva transformación se está produciendo en mi interio? ¿Qué me está ocurriendo? Y ahora, ¿por qué me descubro sonriendo?
He pasado el día aferrada a esa mano y no deseo soltarme. No me sueltes. No ahora... No aún. No sin antes revelarte todos mis secretos, son tantas las cosas que necesito decirte... Te necesito tanto... No importa tu duración, sé que no eres eterna... Nunca se sabe... Quizá te guste mi compañía y decidas no marcharte nunca...
Gracias por aparecer por aquí, inesperada alegría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué paz te da despertarte de su mano y que te acompañe día tras día, que se convierta en tu amiga incondicional, sí, es bello sentir su presencia. Nosotros la invocamos, la hacemos posible, pero también la espantamos, la echamos fuera de nuestro corazón. ¿Por qué? No le hagamos sufrir, hagamos que permanezca a nuestro lado, mimémosla para que nunca más decidamos prescindir de ella. Me alegro, valga la redundancia, que este día te levantaras de su mano. Mantenla a tu lado aunque sea difícil, si quieres, te ayudaré a conseguirlo. Un besito. Ah, la alegría también llora...

Anónimo dijo...

"somos tristeza
por eso la alegría
es una hazaña"
besos alegres